En pleno siglo XXI las mujeres indígenas de Chiapas y Centroamérica son excluidas de la tenencia y toma de decisiones sobre la tierra, en propiedades sociales como los ejidos y comunidades, ya que los hombres son los únicos sujetos reconocidos por el gobierno mexicano para poseer recursos patrimoniales y derechos agrarios, señaló Mercedes Olivera Bustamante, investigadora del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica (Cesmeca) de la Unicach.
Gracias al trabajo de investigación que se realiza desde el año 2012 entre el Grupo de Investigación Tierra del Cesmeca y el Centro de Derechos de la Mujer en Chiapas A. C., se busca concientizar a mujeres indígenas de diferentes comunidades de estado respecto a la tenencia de la tierra, se organicen y luchen por resolver sus problemas, señaló Olivera Bustamante.
La idea es unir la teoría y la práctica, mediante investigaciones participativas, asambleas y talleres. Hasta ahora se ha planteado una alternativa para la solución al problema la “Propuesta de tenencia y usufructo familiar de la tierra”, es decir regresar a la base, a lo comunitario a la familia pero no a la heteropatriarcal, si no a las personas que hacen posible la reproducción social de la vida, “aquellas personas que se juntan para convivir y ayudarse en torno al fogón”.
A la fecha esta forma de administración agraria ha sido posible aplicarla tan solo en una comunidad del estado de Chiapas, se trata del ejido “San Sebastián” perteneciente al municipio de Chilón.
La propuesta es considerada subversiva pues tendrían que reconocerse también los derechos de las mujeres para tener acceso y disponer de la tierra, una colectividad tomando decisiones y no un representante político, acciones que el gobierno difícilmente aceptaría, señaló.
“Estamos luchando contra las normas del sistema capitalista que violenta los derechos de las mujeres. El marco legal de México reconoce la igualdad en la propiedad de las tierra, pero en la práctica es el propio gobierno quien excluye a las mujeres, con el reconocimiento de los ejidos y comunidades al otorgar únicamente el título de propiedad a los hombres”.
En ocho años el Centro de de Derechos de la Mujer de Chiapas A.C. documentó más de cien casos de despojo terrenal a mujeres, tierras que les pertenecía por herencia del padre, que adquirieron con la migración del esposo o compradas por ellas mismas, actos cometidos violentamente por familiares y autoridades ejidales y comunitarias, por considerar que las mujeres por su condición de género no tienen derecho a poseer la tierra.
El grupo Tierra del Cesmeca está conformado por los investigadores Blanca Álvarez Hernández, Amaranta Cornejo Hernández, Mauricio Arellano Nucamendi y liderada por la investigadora Mercedes Olivera Bustamante, quien recientemente obtuvo el premio “CLACSO 2018”, otorgado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), el cual tiene como objetivo reconocer el aporte de personalidades políticas e intelectuales a los ámbitos sociales y culturales.
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