BRUSELAS, 13 de julio.El gobierno griego asumiĂ³ ayer que tendrĂ¡ que aceptar buena parte de las duras medidas puestas sobre la mesa por sus socios de la zona euro como condiciĂ³n para lograr un tercer rescate financiero, pero tambiĂ©n rechaza algunas condiciones clave.
Para el gobierno de Grecia, los principales puntos de desacuerdo son la participaciĂ³n del Fondo Monetario Internacional (FMI) en un futuro programa de rescate, que los socios estiman que podrĂa necesitar entre 82 mil y 86 mil millones de euros.
Otro “gran problema” para Atenas es la propuesta alemana de crear un fondo fiduciario con activos pĂºblicos helenos por valor de unos 50 mil millones de euros, con el objetivo de privatizarlos a lo largo del tiempo y que se reduzca con ellos la deuda.
La referencia a la creaciĂ³n de este fondo se encuentra entre corchetes, es decir, abierta a discusiĂ³n y no consensuada, y como alternativa se plantea la creaciĂ³n de una autoridad “independiente” que surpervise y analice los precios de los activos del plan de privatizaciones que los socios exigen a Atenas, para asegurarse de que se ejecuta tras años de retrasos.
El gobierno liderado por el primer ministro Alexis Tsipras considera esa cifra desorbitada, dada la situaciĂ³n de la economĂa griega, que prĂ¡cticamente no ha salido de la recesiĂ³n desde 2007.
Atenas también insiste en la necesidad de que se mantenga la posibilidad de aplicar una quita a su deuda, punto que el documento del Eurogrupo es claro en su rechazo.
Grecia tampoco estĂ¡ dispuesta a optar por salir de la zona euro para acceder a una reestructuraciĂ³n de su deuda, tal y como tambiĂ©n sugiere el documento en otro de los apartados que no han sido aĂºn consensuados.
Proponen poner a Grecia bajo tutela
En el documento base de las negociaciones, la zona euro propuso poner a Grecia bajo tutela a cambio de un tercer plan de rescate.
Para “restablecer la confianza”, el borrador exige ademĂ¡s que el Parlamento de Grecia apruebe antes del miĂ©rcoles las medidas de ajuste y pide supervisar ciertas leyes.
“El gobierno (griego) deberĂ¡ consultar y acordar con las instituciones todos los proyectos de ley en Ă¡reas relevantes antes de someterlas a la consulta pĂºblica o al parlamento”, afirma el eurogrupo.
Los ministros de Finanzas piden ademĂ¡s una “reforma ambiciosa” de las pensiones, la apertura de comercios los domingos, la liberalizaciĂ³n de farmacias y de otros sectores como el energĂ©tico.
La cumbre de los 19 lĂderes de la zona euro, convocada de urgencia la semana pasada y presentada como la de la Ăºltima oportunidad para evitar lo peor, “durarĂ¡ hasta que concluyamos las negociaciones”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
Condiciones de la zona euro
Los lĂderes europeos debaten en Bruselas un acuerdo que garantice la permanencia de Grecia en la uniĂ³n monetaria.
A continuaciĂ³n algunos puntos del catĂ¡logo de cuatro pĂ¡ginas con las reformas que deberĂa cumplir Grecia para obtener un rescate financiero:
La implementaciĂ³n hasta mĂ¡s tardar el 15 de julio de un primer paquete de las medidas prometidas, que incluyen reformas a nivel fiscal y en el sistema de pensiones.
Privatizaciones: Una idea es establecer un fondo fiduciario en Luxemburgo, que podrĂa incluir bienes estatales griegos por 50 mil millones de euros, que serĂan privatizados y permitirĂan asĂ reducir la deuda. De todas formas, la propuesta no habrĂa logrado el consenso de todos los ministros.
Reforma de la administraciĂ³n griega bajo la supervisiĂ³n de la ComisiĂ³n Europea: El gobierno de Atenas deberĂ¡ acordar determinados proyectos de ley con los acreedores internacionales: la ComisiĂ³n Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) antes de que pasen por el Parlamento.
Las necesidades financieras de Grecia se estiman entre 82 mil a 86 mil millones de euros durante los prĂ³ximos tres años. El paquete de rescate tendrĂa que incluir una reserva de entre 10 mil y 25 mil millones de euros para que el sector bancario pueda hacer frente a posibles necesidades de recapitalizaciĂ³n.
Los socios de la zona euro consideran ofrecer concesiones a los pagos de la deuda griega, pero descartan la opciĂ³n de un “recorte” clĂ¡sico. Ya en 2012 el grupo habĂa evaluado concesiones en tĂ©rminos generales.
Falta de acuerdo: “Si no se llega a un acuerdo, se debe negociar rĂ¡pidamente con Grecia la posibilidad de un retiro momentĂ¡neo de la eurozona con una posible reestructuraciĂ³n de la deuda”, señalan los jefes de Estado y de gobierno en una formulaciĂ³n del documento escrita entre parĂ©ntesis.
Tsipras enfrenta rebeliĂ³n en su partido
El primer ministro Alexis Tsipras ha logrado el apoyo de la oposiciĂ³n griega en sus negociaciones con los acreedores, pero a costa de aumentar las disensiones internas en su propio partido, Syriza, lo que hace temer una nueva crisis polĂtica.
Un total de 251 diputados –de 300– autorizaron el sĂ¡bado al gobierno griego a conducir las negociaciones con los acreedores de Grecia sobre la base de propuestas que apenas variaban de las presentadas a los electores en el referĂ©ndum del 5 de julio y que fueron masivamente rechazadas (con 61% del “No”).
Aunque el primer ministro pudo contar durante la votaciĂ³n parlamentaria con el respaldo de la oposiciĂ³n de derecha (Nueva Democracia) y socialista (Pasok), con el partido de centro Potami y con los 13 diputados del partido de derecha soberanista ANEL, miembro de la coaliciĂ³n gubernamental, tĂ©cnicamente perdiĂ³ su mayorĂa absoluta: 17 de los 149 diputados de Syriza no lo apoyaron.
Dos votaron en contra, ocho se abstuvieron, y siete estaban ausentes durante la votaciĂ³n (entre ellos, el exministro Yanis Varoufakis, de vacaciones con su familia).
Entre los abstencionistas figuran dos ministros, entre ellos, el titular de EnergĂa, Panagiotis Lafazanis, contrario a la permanencia en el Euro, asĂ como la presidenta del Parlamento, ZoĂ© Kostantopoulou, “pasionaria” de la izquierda radical y espina para el primer
ministro.
Para empeorar las cosas, 15 diputados de Syriza afirmaron en una carta que habĂan votado “sĂ” por no dañar al gobierno, pero advirtiendo de que no podrĂa contar con ellos para poner en marcha las futuras reformas exigidas por los acreedores.
“Nuestro ‘sĂ’ no puede ser interpretado como un ‘sĂ’ a la puesta en marcha de medidas de austeridad neoliberales, las mismas que hemos combatido junto a la sociedad”, aseguraron los legisladores.
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