El paso del avance de la enfermedad es acelerada, los brotes repentinos en Guerrero se deben, en buena medida, a la falta de acción de los gobiernos locales, de acuerdo con reportes oficiales y funcionarios de la Secretaría de Salud.

“Las niñas no se podían parar porque les dolían los pies y estaban acostadas o cojeaban al caminar”, contó a Aristegui Noticias Elías Cabrera, dueño de una farmacia en el municipio de Coahuayutla, en la Costa Grande de Guerrero.
En la casa de Elías todos contrajeron fiebre chikungunya: él, su esposa y sus cuatro hijos de entre 4 y 17 años. La región donde vive es un municipio enclavado en la sierra de Guerrero,
con poco más de 13 mil habitantes; en todas las familias que conoce hubo al menos un enfermo que contrajo la fiebre. Es la enfermedad que “dobla de dolor”. Así se traduce “chikungunya” de la lengua kimakonde, en Tanzania, el país donde se registraron los primeros casos, en el año 1952, según la Organización Mundial de la Salud. A México llegó en junio de 2014, de acuerdo con la Secretaría de Salud del gobierno federal.
El padecimiento se adquiere con la picadura de mosquitos y, aunque no es mortal, en algunos pacientes los dolores articulares pueden durar meses o incluso años. Las complicaciones graves no son frecuentes, pero en personas mayores la enfermedad puede contribuir a la muerte. No hay un tratamiento de cura ni tampoco una vacuna para prevenir la infección, por lo cual los doctores sólo recomiendan medicamentos para calmar el dolor, según la propia OMS.
Elías cuenta que, en junio, funcionarios de la Secretaría de Salud de Guerrero fueron a fumigar las casas de su localidad, pero no acudieron hasta las rancherías a donde se llega sólo por caminos de terracería.
Vía Es! Diario Popular...
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