Se tiene identificado que en Chiapas la mayoría de las capturas de loros, pericos y guacamayas (psitácidos) se hace cerca o dentro de las áreas naturales protegidas (ANP), así lo develó la médica veterinaria zootecnista Elizabeth Couoh Hernández, quien además subrayó que son cuatro las rutas de transporte en las que llevan a las aves a diferentes ciudades, en donde son vendidas.
La integrante de la Clínica de Aves del Zoológico "Miguel Alvarez del Torro" (ZooMAT) expuso en la ponencia "Loros, pericos y guacamayas, ¿por qué deben importarnos?", que de acuerdo con cifras oficiales se estima que el tráfico ilegal en México de estas especies es de entre 65 mil y 78 mil 500 ejemplares al año.
Argumentó que la problemática radica en la tasa de mortalidad, la cual excede el 75 % de los ejemplares antes de llegar al consumidor final; es decir, en este proceso de tráfico ilegal mueren de 50 a 60 mil psitácidos al año.
Se tiene el registro de que 14 de los 22 psitácidos de México tienen distribución en Chiapas, todos en alguna categoría de riesgo. En el estado esta familia de aves se enfrenta a la disminución de sus poblaciones por el cambio de uso de suelo, la deforestación, un fuerte tráfico ilegal y la tala de árboles-nido para el saqueo de polluelos.
"Más de la mitad de las especies de loros, pericos y guacamayas que existen en el mundo están amenazadas por la destrucción de su hábitat natural y la captura; a estos se les extrae de sus nidos silvestres y se contrabandea con ellos", indicó.
Alegó que en México entre el 86 y 90 % de las capturas permanecen en el comercio interno, pues en la mayoría de los estados las aves capturadas son llevadas a las ciudades más cercanas.
"Muchos de los loros importados son caros para la mayor parte de las personas, los criaderos de aves nativas son muy pocos, lo que pone en desventaja y peligro a estas especies".
Agregó que el ZooMAT ha tenido un papel históricamente importante en la conservación, investigación, resguardo y protección de muchos de los aseguramientos hechos por la Procuraduría Federal de Protección Ambiental (Profepa).
Al respecto, la especialista alegó que otro de los problemas es: ¿a dónde van estas [especies] después de ser decomisadas? Aclaró que en Chiapas no hay Centros de Investigación de Vida Silvestre (CIVS), por lo cual se opta por alternativas como asociaciones civiles, clínicas particulares, depositarios temporales y las unidades de manejo de vida silvestre.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), estiman que anualmente se obtienen entre siete y 23 millones de dólares como ganancias en el mercado negro por la venta de especies de animales y plantas silvestres.
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