AGUA PRIETA, SONORA, El pequeño Ángel de 10 años de edad, hizo honor a su nombre y a pesar que resultó con dolorosas quemaduras de segundo grado en sus manos y rostro, enfrentó el calor de las llamas que incendiaban su casa para rescatar a sus tres hermanos menores y el padrastro, quien por borracho provocó el fuego.
Fue la madrugada del 10 de mayo, alrededor de las 3:10 horas (5:10 tiempo de la Ciudad de México) cuando al Departamento de Bomberos de Agua Prieta, Sonora, llegó el reporte de un incendio con personas atrapadas en el domicilio marcado con el número 88 de la calle Roma en la colonia Villa Toscana.
Según la versión de las víctimas y los vecinos, cuando los bomberos llegaron los niños ya estaba afuera, fue el Ángel quien sacó a sus hermanitos que estaban todos dormidos en una misma recamara, él fue quien se atrevió abrir la puerta para guiarlos hasta la salida principal de la casa, al caminar por entre las llamas se quemó el rostro, las quemaduras de la mano se las hizo con la chapa de la puerta que estaba caliente”, afirmó Luis Rendón Quijada, comandante del Departamento de Bomberos de Agua Prieta.
Los primeros peritajes establecen que el niño Ángel Campa Romero se levantó al baño y se percató que el sillón de la sala estaba en llamas, las cuales estaban propagándose por las cortinas, otros muebles y el techo de la vivienda, a pesar que él ya estaba prácticamente fuera de peligro, éste se regresó y abrió la puerta para despertar a sus familiares, guiando hacia la salida a sus tres hermanos menores y el padrastro quien había estado bebiendo y fumando.
Las víctimas fueron trasladadas por socorristas de Cruz Roja al Hospital General de Agua Prieta, Jesús Gabriel Campa Romero de 9 años, resultó ileso; Alán Josué de 5 años y Ximena, ambos de apellido Romero Lora, fueron diagnosticados con intoxicación por inhalación de humo tóxico; así como el padrastro de nombre Juan Manuel Lora, quien se negó a recibir atención médica.
El incendio dejó pérdidas totales por el humo y las altas temperaturas que provocó el hielo seco en el techo y el material con el que estaba fabricado el sillón; al revisar el lugar los peritos no encontraron cortos circuitos, ni tampoco olor a algún combustible inflamable, así que se estableció que la causa del incendio fue un descuido personal, es decir, un cigarrillo”, dicta el reporte oficial del incendio.
Todo esto sucedió mientras la madre estaba trabajando, irónicamente, quien resultó con las mayores lesiones fue el pequeño héroe, cuyo estado de salud es reportado como estable aunque irremediablemente quedará con cicatrices en su cara para toda la vida.
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