Gracias al valor civil de un ciudadano que denunció un hecho de violencia familiar, elementos de la Dirección de Policía Municipal aseguraron a Jorge Aurelio “N N”, quien intentó darse a la fuga desde una azotea, luego de agredir físicamente y causar lesiones a su esposa, de nombre María “N N”, por lo que fue puesto a disposición del ministerio público de la Fiscalía de Justicia Indígena.
Los hechos se registraron en el interior de un domicilio ubicado en la colonia Nueva Palestina, donde la víctima se encontraba recogiendo su ropa en el tercer piso de su casa, hasta donde arribó su esposo con actitud agresiva, quien le pidió que le hiciera entrega de una carátula de auto estéreo y la cantidad de 100 pesos, con lo que realizaría un negocio.
Sin esperar respuesta, el imputado comenzó a golpearla en varias ocasiones en el rostro, por lo que la víctima intentó defenderse, al tiempo que le pedía que se detuviera, sin que éste hiciera caso y, por el contrario, la tomó por el cuello asfixiándola e intentó empujarla desde la azotea, perdiendo momentáneamente el conocimiento.
Al volver en sí, la víctima se percató que se encontraba en el suelo y su agresor encima de ella, por lo que comenzó a gritar nuevamente, pidiendo auxilio a su hijo de 15 años para que llamara a la policía o a los vecinos, mientras que su agresor continuaba golpeándola en el rostro con los puños.
Al percatarse del arribo de la Policía Municipal, el agresor intentó cruzar hacia una casa contigua para darse a la fuga, sin embargo, fue asegurado inmediatamente por los elementos, quienes lo pusieron a disposición del ministerio público por el delito de violencia familiar, en agravio de María “N N”, a fin de que esta representación social determine lo conducente. En lo que corresponde a la víctima, fue atendida por paramédicos de Protección Civil, debido a que presentaba varias lesiones en diversas partes de su anatomía.
Finalmente, la Dirección de Policía Municipal hizo un nuevo exhorto a la ciudadanía a denunciar todos los casos de violencia familiar y particularmente contra la mujer, ya que se trata de una conducta progresiva, tolerada muchas veces como parte del ambiente de convivencia, que va desde humillaciones, insultos, maltratos y golpes que, si no se detienen a tiempo, pueden tener consecuencias mortales hacia la víctima.
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