Ahora sĂ es para preocuparse en serio: el presidente electo dice que la economĂa del paĂs estĂ¡ en bancarrota y añora el modelo previo a 1982.
Otra contradicciĂ³n mĂ¡s en una sola persona: hace un par de semanas dijo que no habĂa crisis econĂ³mica ni financiera. Y ahora informa que el paĂs estĂ¡ en bancarrota.
Se contradice a sĂ mismo y desmiente al prĂ³ximo Coordinador de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo.
¿QuĂ© va a salir de ese revoltijo de ideas contrapuestas cuando tomen las riendas de la naciĂ³n?
En 1982 el presidente LĂ³pez Portillo entregĂ³ un paĂs con reservas por 180 millones de dĂ³lares en el Banco de MĂ©xico.
Ahora el presidente LĂ³pez Obrador recibirĂ¡ el paĂs con 180 mil millones de dĂ³lares en reservas el Banco de MĂ©xico.
¿EstĂ¡bamos mejor en 1982 que ahora?
¿Nos encontramos en bancarrota econĂ³mica?
En 1988 el presidente Salinas recibiĂ³ al paĂs con una inflaciĂ³n de 186 por ciento.
AhĂ iniciĂ³ la correcciĂ³n, y en el actual sexenio tenemos el promedio de inflaciĂ³n mĂ¡s bajo en los Ăºltimos 50 años.
¿Terrible la situaciĂ³n econĂ³mica para considerar al paĂs en bancarrota?
Nunca como antes tenĂamos tal cantidad de empleados adscritos el Seguro Social.
El poder adquisitivo del salario aumentĂ³ en 17 por ciento en tĂ©rminos reales.
Se crearon cuatro millones de nuevos empleos formales en el presente sexenio.
La inversiĂ³n extranjera fue histĂ³rica: 192 mil millones de dĂ³lares en seis años.
Asusta cuando el presidente electo ve a un paĂs en ruina y pondera 1982.
La deuda externa ya no es un cataclismo desde su renegociaciĂ³n en 1989.
¿Hacia allĂ¡ vamos a regresar?
¿Nos prepara el camino para un retorno a la verdadera bancarrota?
SĂ hay un paĂs en crisis en diferentes aspectos.
La primera de ellas es la de inseguridad. Cada dĂa asesinan a 80 mexicanos, como recordĂ³ AMLO en Nayarit el domingo.
Ha tenido el valor de reunirse con los familiares de las vĂctimas y escuchar sus reclamos a gritos.
Se le reconoce ese gesto, y mĂ¡s aĂºn, sostener ante familiares de vĂctimas que Ă©l estĂ¡ por el perdĂ³n, cuando los afectados claman lo contrario: justicia.
Los deudos y familiares de desaparecidos tienen razĂ³n al exigir justicia.
Hay asesinos sueltos que van a seguir matando.
Hay policĂas libres que se han coludido con los criminales.
Hay ministerios pĂºblicos amafiados con bandas de asesinos.
Si logra bajar un par de puntos a la impunidad en delitos de sangre, habrĂ¡ logrado un gran avance.
Si en su sexenio le baja varias rayas a la corrupciĂ³n, su trabajado serĂ¡ bienvenido.
Pero que por favor que no trate de cambiar la economĂa para llevarla a sexenios previos a 1988.
A Miguel de la Madrid le costĂ³ todo su gobierno pagar el lastre de la docena trĂ¡gica y la ruta apenas se enderezĂ³ de 1988 en adelante.
Que por favor no cumpla sus promesas de campaña, consistentes en que “no habrĂ¡ impuestos en el precio de la gasolina”, como reiterĂ³ el domingo en Nayarit, lo que en caso de un alza internacional de precios obligarĂ¡ a subsidiar el IEPS.
Que no someta a consulta popular “las mal llamadas reformas estructurales”, como prometiĂ³ en campaña, porque sin reforma energĂ©tica la imagen de MĂ©xico como paĂs confiable se irĂ¡ al tambo de la basura, no habrĂ¡ ingreso de divisas ni aumentarĂ¡ la producciĂ³n de hidrocarburos.
Que no llame a consulta popular la reforma en telecomunicaciones, porque la telefonĂa alcanza a 80 millones de mexicanos y si echa para abajo la reforma sĂ³lo servirĂ¡ a los dueños de las telefĂ³nicas.
El paĂs no estĂ¡ en bancarrota y un regreso a los 80 serĂa una catĂ¡strofe.
Ya con echar abajo la reforma educativa (sin consulta) va a ser suficiente para un retroceso gigante que el paĂs tardarĂ¡ dĂ©cadas en reponerse.
La economĂa no estĂ¡ en crisis, pero sĂ nos vamos a meter en una severa si quieren reinventar el paĂs en seis años.
Para AMLO, lo que dijo el domingo, golpea su credibilidad.
Si la ciudadanĂa y el mundo creyeran en lo que dijo en Nayarit, hoy el dĂ³lar estarĂa por las nubes y los mercados internacionales se cimbrarĂan: “MĂ©xico en bancarrota, anuncia su presidente electo”.
No le creen y tal vez, por ahora, sea mejor.
El problema va a ser cuando empiece a gobernar.
Hay razones para preocuparse .
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