A casi cinco meses del inicio de clases, alrededor de 80 estudiantes de la maestría en ciencias en recursos naturales y desarrollo rural y del doctorado en ciencias en ecología y desarrollo sustentable del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), denunciaron que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) no les ha pagado las respectivas becas.
Por tal situación se encuentran en una situación apremiante. En una carta dirigida al director de Ecosur, Mario González, aseguran que por dicha situación se encuentran en una condición de vulnerabilidad que comienza a limitar nuestro bienestar material y emocional, teniendo repercusiones en nuestra vida cotidiana y la de quienes nos apoyan.
En dicho lapso por la falta de su ingreso al posgrado, están preocupados por la falta de información precisa por parte del Conacyt y de las autoridades de posgrado de Ecosur respecto al atraso en el proceso de asignación de becas provocado por una falla técnica en la plataforma de registro.
Esta situación generó que las solicitudes firmadas del 5 al 16 de marzo fueran anuladas, reiniciando el proceso casi un mes después, el día 3 de abril, manteniéndose hasta la fecha en el estatus de: ‘Enviada y en espera.
De acuerdo con el calendario establecido en la convocatoria vigente existe un plazo aproximado de 61 días para que se concrete el pago, a partir de que el estatus de la solicitud cambie a ‘revisada’, lo que nos hace saber o al menos prever, que la formalización y el depósito del recurso de la beca por parte de Conacyt está todavía muy distante.
Los alumnos son “concientes de que en el oficio de notificación de admisión al posgrado se recomienda el contar con recursos suficientes en tanto Conacyt otorgue la beca, pero no se especifica el período de autofinanciamiento, por lo que la mayoría de nosotros consideramos cubrir los gastos requeridos para un período de tres o cuatro meses como máximo, tomando como referencia el mes de pago de la beca a generaciones pasadas No es una cuestión de paciencia, como se les ha pedido, sino de recursos económicos que nos garanticen las condiciones mínimas necesarias para realizar nuestra vida como personas y como estudiantes, así como para poder asegurar nuestra permanencia en el posgrado y cumplir con nuestro compromiso de movilidad a otras unidades o áreas de estudio.
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