Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña alegaron que los últimos acontecimientos son una oportunidad para volver a encarrilar el proceso político. La confrontación se produjo durante la sexta reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria en nueve días.
Moscú convocó la reunión por la situación humanitaria en Raqqa, la capital de facto del autoproclamado califato del grupo extremista Estado Islámico hasta de expulsión el pasado octubre, y en Rukban, en la frontera con Jordania, donde están varados unos 50.000 desplazados sirios.
El responsable humanitario de la ONU, Mark Lowcock, informó sobre la situación al Consejo explicando que ambas zonas necesitan ayuda humanitaria.
Pero el embajador de Rusia ante la ONU, Vassily Nebenzia, criticó duramente a Estados Unidos y a otros miembros de la coalición global que derrotó a la milicia radical por dejar Raqqa en ruinas, y criticó lo que calificó de “comportamiento hipócrita” de los tres aliados occidentales.
Siria y Rusia, que es uno de sus principales aliados, niegan su responsabilidad en un presunto ataque con gas en Duma, un suburbio de Damasco, el pasado 7 de abril que habría causado decenas de fallecidos. Los aliados dicen tener pruebas de que el gobierno del presidente sirio, Bashar Assad, fue el responsable y respondió con ataques sobre centros de investigación y producción de armas químicas en Siria en la madrugada del sábado.
Nebenzia dijo al Consejo que apenas un día después de su ofensiva, Washington, París y Londres hicieron circular un borrador de resolución que pedía la reanudación urgente de las negociaciones entre el gobierno sirio y la oposición, además de la evaluación de un organismo independiente sobre los ataques químicos y el acceso humanitario en todo el país.
“Antes de los ataques, vimos la disposición en el gobierno sirio para participar en las negociaciones de Ginebra”, explicó Nebenzia. “Ahora, esos esfuerzos se han retrasado considerablemente”.
Según el embajador ruso, es difícil imaginar que tras los ataques aéreos del pasado fin de semana “las autoridades sirias estén interesadas en hablar”. El objetivo de los aliados de juzgar a Assad tras las negociaciones de paz, “es simplemente irreal”, agregó.
Los embajadores de Francia, François Delattre, y Gran Bretaña, Karen Pierce, dijeron que el Consejo debería emplear lo ocurrido como una oportunidad para reiniciar las negociaciones mediadas por Naciones Unidas.
Por su parte, la embajadora adjunta de Estados Unidos para asuntos económicos y sociales en la ONU, Kelley Currie, acusó a Rusia de convocar la reunión como parte de su “campaña de mensajes para intentar distraer (la atención) de las atrocidades cometidas por el régimen de Assad”. Reiteró además que Washington seguirá centrada en el objetivo de poner fin a la guerra y ayudar al pueblo sirio pese las “distracciones” rusas.
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