De no hacerlo, dijo, hay un riesgo económico porque la miel genera divisas de Europa y el recurso llega a las comunidades productoras; sin embargo, también hay un daño medio ambiental en el proceso de polinización que realizan las abejas en las flores.
Continuó: “hay dos formas de polinizar, está la eólica que es a través del viento, pero no es lo mismo, no es directo; en el caso de la abeja, poliniza directamente a los cultivos, una abeja poliniza alrededor de cinco flores diarias”.
Sin embargo, comentó, en este año se han presentado precipitaciones importantes en diferentes regiones de Chiapas y se espera que al cierre de este 2017, se produzcan cuatro mil 500 toneladas de miel.
Recordó que hace unos años la producción se fue ‘a pique’ por la ausencia de lluvias y no hubo floración, lo que se tradujo en un baja del 40%; de las cuatro mil toneladas que se producían, apenas se generaron dos mil 500.
Señaló que esta crisis que enfrentaron en los años anteriores hizo que varios productores se retiraran de la actividad, porque no tienen la capacidad económica para sostenerse.
Torres Hernández explicó que si este insecto desaparece, también habrá escasez de alimentos y, en consecuencia, repercutirá en la vida humana; no obstante, hay buenas expectativas para el segundo semestre de este año.
Agregó que, recientemente, una Comisión del Parlamento Europeo llegó a Chiapas donde revisaron las regiones en las que se produce la miel, a fin de evitar contaminación en este producto tan solicitado.
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