Quema la casa de quien lo ayudó

“Hay que ayudarle, con lo que sea y con lo que se pueda”, dice una mujer y todas asienten con la cabeza. Una llora. Es que le duele ver a Juana sin nada. Su casa ardió. Se la quemaron. “Maldito, y mi propio cuñado. Siquiera hubiera sido otra gente”, dice la agraviada. A comenzar de cero.

Juana Macías Balcázar y su familia habían dio a donar sangre.

En la humilde morada, construida con sueños, esfuerzos, madera y láminas, en la avenida Diamante, Manzana 28 Lote 12, de la colonia Democrática, quedó la hija mayor. Y el cuñado de Juana, el hermano menor de su esposo.

“Le he dado apoyo, alojo, comida… ¿y así me paga? ¡Pero lo voy a refundir!”, exclama Juana entre sollozos.

El muchacho, al parecer bajo el influjo de algún enervante, quiso ahorcar a los cachorros chihuahua de la familia.

La niña lo impidió. Cristian Aquino Corona, el tío de la menor, la golpeó en la boca con el puño cerrado. Ya estaba fuera de sí.

La niña salió corriendo y cuando volteó su casa estaba echando humo negro. Ya Cristian le había prendido fuego.

Las vecinas, al ver el incendio, gritaban desesperadas sin saber qué hacer.

Llamaron al 911. Luego avisaron a su vecina que estaba en el banco de sangre, donando.

Al llegar Juana y sus hijos, se soltaron en llanto. Luego llegó su madre y también lloró. Es que les ha costado tanto construir su humilde morada. “Mi esposo es su primo. Les puso el piso y no les cobró nada. Pobres”, dice una mujer llorosa.

Al final llegó el esposo de Juana, hermano del presunto incendiario. Y no sabía qué hacer. “Ahí lo ves, si lo sueltan yo no sé qué le hago. Y te dejo”, amenazó Juana.

“No puede ser, tanto que lo he apoyado y así me paga”, dice Juana. Es que le ha dado techo, comida, aceptación a Cristian. Y le pagó mal. Quiso matar a sus mascotas, golpeó a su hija y quemó la casa, la ropa y todos los muebles. No les dejó nada.

Bomberos llegaron de dos estaciones. La unidad 15, al mando de Librado Escalante (con 4 elementos más) y la unidad 25 al mando de Mauricio Torres Cobazi (con 4 más). Ya no pudieron rescatar nada.

Juana mira su casa y vuelve a llorar. “Qué bueno que me llevé a mis hijos, si no aquí los quema el desgraciado”, dice.

Toma a su hijo y se sube a la patrulla. Va a presentar su denuncia contra su cuñado, que ya fue detenido. Su esposa la sigue un poco indeciso. Finalmente se decide. Su familia ahora es su esposa y sus hijos.