Chilapa, Gro. Las tierras de cultivo están abandonadas; las chozas, escuelas y casas de salud han cerrado y los animales recorren las calles sin rumbo. Sus dueños son los desplazados del municipio de Chilapa de Álvarez, unos 800 indígenas nahuas que entre el 6 y 7 de junio huyeron de las comunidades de Ahuihuiyuco, Tetitlán de la Lima, Tepozcuautla y Lodo Grande, debido a la violencia entre Los Ardillos y Los Rojos, que se disputan el cultivo y trasiego de drogas.
En un recorrido realizado la mañana del martes, se observó que esas localidades de la Montaña Baja están desoladas, a pesar de la presencia del Ejército.
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