La jovencita salió de casa con la intención de divertirse. Quería que esa fuera una noche inolvidable, y lo fue. Era ya de madrugada cuando al salir de un antro ubicado al sur poniente de Tuxtla Gutiérrez, abordó un taxi.
Parecía normal, como todos. Nadie anotó placas o numero económico, eso sería lo idóneo por asuntos de seguridad.
El servicio era hacia la colonia Albania Alta. El taxista se detuvo a la altura de la 15 Poniente y 4ª Norte, metió la unidad a un sitio oscuro, por la orilla del río Sabinal.
Allí perpetró el asalto y violación en el sillón trasero del taxi, en agravio de su joven pasajera.
Cuando el agresor huía, la joven solo alcanzó a ver que el taxi no tenía placas y apenas tres dígitos. Era un taxi “pirata”.
El incidente fue hace unos meses, pero el problema de fondo permanece.
Abordar un taxi “pirata” es más peligroso de lo que parece. En Tuxtla hay más de 600 unidades que prestan el servicio “amparados”.
Se les puede reconocer porque no tienen placas y solo tres dígitos y no cuatro, como los concesionados.
Si un taxi amparado choca y usted va a bordo, no responden por los daños. No cuentan con seguro de pasajero. Para el taxista de esta unidad ilegal es fácil robar, violar o matar, no está registrado.
“Piénselo dos veces antes de subir a un taxi ‘pirata’. Si lo hace, será bajo su propio riesgo”, dice un taxista de la Sociedad Cooperativa Unidos por la Paz.
Los taxistas del sitio Premium, comentaron que sería saludable que la Secretaría de Transporte retirara estas unidades, y si no lo hace al menos que obligue a los dueños a cambiar de color las unidades, como era antes.
“Así, el usuario no se confundiría, porque actualmente son iguales, solo se distinguen porque no tienen placas ni cuatro dígitos, pero los usuarios no lo saben o no perciben la diferencia a simple vista”, opinó un ruletero.
Finalmente, lamentaron que a los concesionarios los emisarios de la Secretaría de Transporte los fastidien a cada rato, mientras que a unos 600 “piratas”, sin placas, sin concesiones, con unidades de tres dígitos, no los molestan.
Pero esto no lo toman en cuenta los funcionarios menores de la Secretaría del Transporte y han orquestado esta cacería contra unas 25 unidades de la Sociedad Cooperativa Unidos por la Paz.
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