Un hombre fue hallado muerto dentro de la humilde galera donde habitaba. Dicen que fue natural. La policía tiene sus reservas.
Aunque su casa estaba ubicada en la esquina de las calles Topacio y Cuarzo, piedras preciosas, su morada medía tres por tres. Estaba hecha con tarimas de madera, lonas y láminas.
José Aníbal Escobar Chacón, de 49 años, vivía solo desde hace seis meses, cuando su hermana María del Socorro, de 50 años, se fue para atender su tienda.
Diabético dede hace varios años, había estado internado dos veces, recientemente. Le amputaron los dedos del pie derecho.
No tenía vicios. Cuidaba su salud. Asistía a la Iglesia San José, entre Jardines del Pedregal y San Pedro Progresivo.
Las hermanas de la iglesia fueron las primeras en llegar ayer, al enterarse de su deceso. Luego llegó su hermana de sangre.
Según dijeron, ante la carencia de recursos del difunto y su familiar, la diputada María Eugenia se haría cargo del sepelio.
Fue el vecino de José Aníbal, Roberto Ruiz Díaz, de 66 años, quien lo halló tirado. Y llamó al 911. Pero dicen que paramédicos de la Cruz Roja ya no quisieron llegar. Los policías, que no son precisamente paramédicos, fueron los que llamaron al perito especializado de la PGJE para que constatara el deceso. Acordonaron y luego levantaron el cadáver.
Y aunque por los antecedentes de enfermedad se cree que la muerte fue natural, algunos elementos indicaron que hay dudas, porque al parecer hubo violencia de por medio.
Con información de Cuarto Poder
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