Nicaragua llora hoy por el desenlace mortal de un acto de fanatismo religioso. La nicaragĂ¼ense Vilma Trujillo GarcĂa, de 25 años, muriĂ³ hoy en la madrugada en un hospital de Managua luego de que fue quemada y lanzada a un barranco en una remota comunidad de la RegiĂ³n AutĂ³noma del AtlĂ¡ntico Norte (RAAN) por un pastor de una denominaciĂ³n religiosa evangĂ©lica que asegurĂ³ que estaba atrapada por demonios y debĂa ser liberada en el fuego.
En un hecho que trascendiĂ³ el pasado miĂ©rcoles 23 de febrero, Trujillo estuvo atada y desnuda durante mĂ¡s de nueve horas en un hoguera a la que fue arrojada por un pastor evangĂ©lico, identificado por los medios nicaragĂ¼enses de prensa como Juan Gregorio Rocha Romero, con el alegato de que estaba endemoniada y habĂa que despojarla y purificarla en las llamas del despeñadero.
El caso se registrĂ³ en el poblado de El Cortezal, en la zona de Rosita, de la RAAN, segĂºn la informaciĂ³n oficial.
Rocha habrĂa sido ayudado por otras cuatro personas, todos integrantes de la iglesia Asamblea de Dios y detenidos desde el viernes pasado, confirmĂ³ este martes el abogado nicaragĂ¼ense Pablo Cuevas, asesor legal de la (no estatal) ComisiĂ³n Permanente de Derechos Humanos de Nicaragua (CPDH) a una consulta de EL UNIVERSAL.
Rocha negĂ³ este martes las acusaciones en su contra pero en declaraciones a periodistas en Managua, a donde fue llevado por policĂas con los otros cuatro sospechosos para someterlos el proceso judicial, insistiĂ³ en que la mujer se lanzĂ³ a las llamas. “Ella estaba endemoniada”, dijo, y añadiĂ³ que la mujer “se suspendiĂ³ y cayĂ³ en el fuego”.
En estado de coma y con quemaduras en casi el 80% de su cuerpo, la mujer fue llevada a un centro de salud de Rosita y el 23 de febrero fue trasladada vĂa aĂ©rea a un hospital de Managua, donde pereciĂ³ en la madrugada de este martes.
Cuevas explicĂ³ a este diario que aparentemente el caso ocurriĂ³ el pasado 23 de febrero pero que tampoco hay exactitud con la fecha. Para llegar a la zona donde se registrĂ³ el suceso hay que hacer un complicado viaje por lancha y en mula, relatĂ³.
“En esas regiones hay cuadros severos de histeria colectiva”, narrĂ³.
“Cuando las personas presentan complicaciones psiquiĂ¡tricas, la poblaciĂ³n de algunas zonas rurales de Nicaragua lo que hace es que las asocia a que estĂ¡n poseĂdas por los demonios. En vez de agotar un tratamiento cientĂfico, con especialistas en salud mental, las llevan a un sacerdote catĂ³lico, que son mĂ¡s cuidadosos, o a un pastor de algunas congregaciones religiosas”, contĂ³ Cuevas.
“En este caso, a esta joven la llevaron a una congregaciĂ³n evangĂ©lica cristiana, donde asociaron los problemas que ella presentaba a que estaba poseĂda por demonios. El pastor dijo que era una bruja y que habĂa que aplicarle ese tratamiento. Fue entonces cuando le prendieron fuego con algĂºn tipo de combustible”, afirmĂ³, basado en informes que ha recabado en los Ăºltimos dĂas.
Por su parte, el nicaragĂ¼ense Reynaldo Peralta RodrĂguez, esposo de la joven y ahora viudo, declarĂ³ al periĂ³dico La Prensa, de Managua, que se tratĂ³ de una acciĂ³n “imperdonable y dolorosa” en contra de Trujillo. Peralta informĂ³ que estuvo fuera de su hogar desde inicios de febrero por obligaciones laborales.
“Mi esposa pasĂ³ ocho dĂas encerrada en esa congregaciĂ³n y dice la hermana de Vilma, que estaba ahĂ, que para quemarla unieron unos tucos de leña y la amarraron cerquita del fuego y luego la empujaron desnuda”, añadiĂ³, al explicar que la mujer presenta quemaduras en parte del rostro, asĂ como en piernas y brazos y daños en diversos Ă³rganos.
“Para mĂ, mi mujer no estaba endemoniada. A ella lo que le hicieron fue una brujerĂa, porque ella tomaba un remedio que le dio un hombre, quien ahora la familia de Vilma me contĂ³ que la habĂa violado y desde que comenzĂ³ a tomar eso cambiĂ³ un poco conmigo”, describiĂ³ el viudo, quien tiene identificado al presunto violador.
En este confuso escenario y con detalles todavĂa desconocidos, existen informes de que la familia de la mujer aparentemente fue amenazada de muerte en la comunidad de El Cortezal y estarĂa buscando emigrar de ese sitio. La situaciĂ³n conmocionĂ³ a un paĂs que, como Nicaragua, tampoco es de los mĂ¡s violentos de CentroamĂ©rica ni sufre la criminalidad que azota a Guatemala, Honduras y El Salvador.
ae
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