Una familia que regresaba de admirar la naturaleza se accidentó cuando la camioneta en que viajaban quedó sin frenos. El conductor optó por chocar contra el cerro para detener la marcha del auto sin control.
Extasiados por el imponente Cañón del Sumidero, tres hermanos de la familia Archila Guzmán retornaban en su camioneta marca Nissan, color blanco, con placas de circulación CV-90659 de Chiapas.
Conducía el menor de los tres. Los padres se quedaron en casa. Lo acompañaban en la cabina sus dos hermanas.
Venían charlando amenamente, comentando sobre el inolvidable paseo. Son de Chiapas, pero no conocían esta maravilla de la naturaleza.
De repente el joven palideció. Volteó a ver a sus hermanas y les dijo: “Se fue el freno del auto, no agarra freno. ¡Agárrense!”.
La juvenil mente de Jean Carlo, el conductor, buscó una rápida salida al problema. Su hermana que iba al lado de la portezuela pensó en saltar. Su otra hermana la detuvo.
Jean Carlo vio al lado izquierdo: estaba el precipicio. Al lado derecho, el cerro. Y eligió la derecha.
La camioneta se sacudió al impactarse contra el muro de tierra y piedra.
Los tres hermanos se golpearon, pero Jean Carlos se aferró al volante. Las hermanas no tuvieron de dónde sujetarse. Y se lesionaron más.
El joven pidió ayuda a los automovilistas que pasaban. Allí no había señal telefónica para hablar al 911.
Y al llegar donde había señal, un automovilista pidió ayuda al número de emergencias.
Al lugar acudieron paramédicos de Protección Civil Municipal, así como peritos de Tránsito Municipal. Los primeros para ayudar, los segundos para multar, como si la falla mecánica fuera culpa del conductor.
De los tres hermanos, solo Juanita, que iba en la orilla, fue trasladada a un nosocomio particular.
Con información de Cuarto Poder.
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