La idea de Trump de construir dicho muro con dinero de los mexicanos es un absurdo que no tiene justificación, sin embargo, insistió su construcción no detendrá la migración a este país del norte.
El Obispo de esta ciudad hizo un exhorto a las autoridades federales para que defiendan con dignidad los derechos de nuestra patria en los tratados internacionales, sin dejarse amedrentar por el poder del dinero.
En conferencia de prensa el prelado dijo no estar preocupado por las amenazas anunciadas por Donald Trump, que deportará a más de tres millones de migrantes indocumentados, la mayoría mexicanos, que considera delincuentes.
Pero aclaró que los que trabajan allá, sin documentos, mejoran la economía de ese país, pagan sus impuestos y sin ellos, muchos trabajos no se podrían cubrir.
Acerca del impedimento del presidente estadunidense a empresas norteamericanas inviertan en nuestro país, sobre todo las automotrices, que aquí generan miles de empleos, para que esos trabajos se queden allá, sin advertir que esos capitales no vienen a México por caridad, sino porque aquí les conviene para su propia economía.
Esa actitud aseguró Arizmendi han afectado gravemente al peso mexicano, que ha caído en forma considerable, con lo cual se afecta también los costos de las gasolinas que se importan y de tantos otros productos que provienen del exterior.
Se le ha metido en la cabeza renegociar el Tratado de Libre Comercio entre su país con México y Canadá, no para el bien de los tres países, sino sólo para el suyo, dijo que eso es egoísmo nacionalista.
Acerca de la religión que profesa Trump, Arizmendi Esquivel dijo que le llama la atención que sea presbiteriano, por lo que señaló que este ha aceptado a Jesucristo en su corazón.
Además juró sobre una Biblia ejercer su cargo e invocó la ayuda de Dios, pero su visión es netamente economicista, pues es un empresario, a quien lo que más le importa es el negocio, el dinero, lo económico.
Es una contradicción con la fe cristiana en que dice vivir, pues Jesucristo nos ha dicho que el dinero no puede ser nuestro dios, y que, por tanto, no puede ser lo económico el criterio último para tomar decisiones, criticó el obispo de San Cristóbal.
Lo que Jesucristo nos enseña es el amor al pobre, la solidaridad con el necesitado, la preocupación por los migrantes, el respeto a las mujeres, continuó.
Por ello, indicó que son válidas las protestas y las manifestaciones tanto en Estados Unidos como en México, pero se pronunció a favor de cuidar el empleo en nuestro propio país y no abandonar el campo, que es la fuente principal de autosuficiencia alimentaria.
Dijo hay que cuidar el maíz criollo, para no depender de semillas transgénicas que vienen de otro país, si alguien tiene necesidad de salir a buscar trabajo en otra parte, recomendó, que no se exponga a todos los peligros de intentar llegar a los Estados Unidos, sino que lo busque en el país, sea en los centros turísticos, sea en las varias cosechas al norte de nuestra patria.
Que se administren bien las remesas que mandan los que aún trabajan al otro lado, pidió, y que éstos busquen mecanismos para que no les cobren impuestos exagerados, con los cuales Trump quiera pagar el muro.
Hay otros valores humanos que están por encima del dinero, por lo que debe advertirse que si se cierra la economía de Estados Unidos, aumenta la pobreza en nuestros países y aumenta con ello automáticamente la migración.
Hoy la economía no es nacional, sino mundial, y hay que tener un corazón abierto a las necesidades de los más pobres, consideró Felipe Arizmendi.
Con información de Diario Contra Poder de Chiapas.
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