Un documental francĂ©s, Coca-Cola, la fĂ³rmula secreta, transmitido por la televisiĂ³n de BĂ©lgica hace tres años, molestĂ³ enormemente a esa compañĂa refresquera, la cual incluso se quejĂ³ ante el consejo deontolĂ³gico de la prensa belga. El documental relata las peripecias de una reportera francesa para conocer la receta precisa del refresco. Y entre sus descubrimientos estĂ¡ que uno de los ingredientes principales… es agua. En grandes cantidades. Tres litros del lĂquido se necesitan para elaborar uno de la bebida azucarada. Y uno de los sitios donde la multinacional obtiene esa materia prima, casi gratis y a costa del desabasto de la poblaciĂ³n local, es Chiapas.
BRUSELAS - Coca-Cola: la fĂ³rmula secreta es el tĂtulo de un documental que relata las vicisitudes de la periodista francesa Olivia Mokiejewski para conocer los ingredientes con los que se elabora ese refresco, los cuales resguarda la compañĂa con celo militar.
Uno de esos ingredientes es agua. Por eso una parte del documental estĂ¡ filmado en la zona de San CristĂ³bal de las Casas, Chiapas, donde abunda.
La periodista, que viajĂ³ a esa localidad, señala que para producir un litro de Coca-Cola son necesarios tres litros de agua.
“Agua no es lo que falta –señala la voz superpuesta de Mokiejewski–. La regiĂ³n es una reserva de MĂ©xico: un paraĂso para los fabricantes de refrescos. No es por azar que en los ochenta Coca-Cola decidiĂ³ instalar una fĂ¡brica aquĂ.”
La periodista entrevista al hidrĂ³logo Antonino GarcĂa, quien explica que la refresquera se instalĂ³ “estratĂ©gicamente” en ese sitio para poder sacar directamente agua de los mantos freĂ¡ticos de San CristĂ³bal. Afirma que todos los dĂas extrae 750 mil litros, suficientes para abastecer a una poblaciĂ³n de 10 mil personas diariamente.
–Me imagino que con toda el agua que extrae, Coca-Cola debe pagar muy caro para compensar a toda la regiĂ³n por eso –comenta la joven periodista.
GarcĂa, riendo, responde que no. Coca-Cola pagĂ³ apenas 25 mil euros en 2003, y todo gracias a los favores del entonces presidente Vicente Fox, quien fue presidente de la compañĂa en MĂ©xico.
Mokiejewski reflexiona: “25 mil euros por centenas de millones de litros de agua: el principal ingrediente de Coca-Cola no le costarĂa prĂ¡cticamente nada a la compañĂa”.
El documental explica que hay cinco comunidades que dependen de los mismos mantos freĂ¡ticos explotados por la refresquera. AhĂ el agua es cada vez mĂ¡s escasa.
Una familia de uno de esos poblados le muestra a la periodista que en ese momento no tienen agua y que cada vez es mĂ¡s frecuente el desabasto. Abren la llave y no sale nada. Deben utilizar agua de lluvia o de pozo, que no es potable y enferma a los niños.
Mokiejewski expone ante la cĂ¡mara: “Privados de agua en una regiĂ³n en la que sobra, los habitantes contactaron a Coca-Cola. Pero la multinacional asegura que no hay ningĂºn vĂnculo entre su bombeo intensivo y la escasez de agua. El colmo de la ironĂa: cuando en el pueblo no hay agua, los niños toman refresco. Es una historia sin fin, una trampa en la que estĂ¡n atrapados los indĂgenas de Chiapas”, razona Mokiejewski mientras aparece la imagen de un niñito, casi un bebĂ©, tomando refresco de cola de un biberĂ³n.
Ese fragmento del reportaje se incluye especĂficamente en una queja que la empresa Coca-Cola Services Belgique presentĂ³ el 22 de mayo pasado ante el Consejo de DeontologĂa PeriodĂstica de BĂ©lgica (CDPB) contra la compañĂa pĂºblica Radio TelevisiĂ³n Belga FrancĂ³fona (RTBF), que transmitiĂ³ en este paĂs el documental francĂ©s.
Este consejo, creado en 2009 y formado por 20 periodistas y editores, recibe quejas y ofrece su opiniĂ³n sobre casos relacionados con el tratamiento de la informaciĂ³n en el conjunto de los medios belgas. Su secretario general, AndrĂ© Linard, comenta a Proceso que esa instancia nunca habĂa recibido una demanda internacional de tal naturaleza.
La refresquera acusĂ³ ante el CDPB que la investigaciĂ³n relativa a MĂ©xico contiene “informaciones inexactas”, ademĂ¡s de que todo el reportaje muestra “una voluntad manifiesta de destruir la reputaciĂ³n de Coca-Cola”.
El pasado 1 de diciembre, el organismo deontolĂ³gico publicĂ³ sus conclusiones: el documental, sentencia, siguiĂ³ un mĂ©todo de investigaciĂ³n periodĂstica “correcto” y la periodista que efectuĂ³ el trabajo, Olivia Mokiejewski, respetĂ³ las pautas Ă©ticas profesionales.
El consejo no encontrĂ³ en el documental violaciones al cĂ³digo deontolĂ³gico belga ni “fallas de investigaciĂ³n y respeto a la verdad” (artĂculo 1), ni “ausencia de verificaciĂ³n de las fuentes” (artĂculo 4) y tampoco “deformaciĂ³n de informaciĂ³n o eliminaciĂ³n de informaciones esenciales” (artĂculo 3).
Documental “correcto”
El documental Coca Cola: la fĂ³rmula secreta fue realizado en 2012 por la productora francesa Nilaya y coproducido por France TĂ©lĂ©visions, el grupo audiovisual del Estado francĂ©s. EstĂ¡ filmado en Francia, Estados Unidos y MĂ©xico y fue transmitido originalmente en el canal de televisiĂ³n pĂºblica France 2 como parte del programa de investigaciones periodĂsticas Infrarouge. Su duraciĂ³n es de 65 minutos; la parte relativa a MĂ©xico dura 12 minutos.
En BĂ©lgica el documental fue difundido en cuatro ocasiones en el canal Uno de la RTBF en enero de 2013. Antes de la cuarta redifusiĂ³n, el 13 de mayo de 2015, Coca-Cola refiere que se comunicĂ³ con la RTBF para exigirle que rectificara las supuestas informaciones errĂ³neas, lo cual rechazĂ³ la televisora.
Una parte importante del reportaje transcurre en Estados Unidos (Atlanta, Nueva York y California), donde por medio de entrevistas con fuentes de primera mano la periodista logra dar con la fĂ³rmula secreta de la Coca-Cola. Entre esos componentes hay extracto de hojas de coca (las cuales se importan de PerĂº y Bolivia y sirven para dar el aroma amargo al refresco); una cantidad de azĂºcar equivalente a 10 cucharadas soperas por cada lata del producto, y un caramelo quĂmico, el E.150D, que en 2007 se revelĂ³ cancerĂgeno (causa leucemia en animales).
Las autoridades sanitarias de California limitaron el uso del E.150D a 29 microgramos por cada lata de Coca-Cola, señala a la reportera francesa Mike Jacobson, director del Centro de Ciencias de InterĂ©s PĂºblico californiano. En los documentos que enseña el experto a la cĂ¡mara se observa que en MĂ©xico se permiten 147 microgramos del quĂmico por lata.
La refresquera asegura que perdiĂ³ 1 millĂ³n 600 mil euros en ventas en BĂ©lgica como resultado de las primeras cuatro transmisiones del documental.
SegĂºn consta en la resoluciĂ³n del CDPB, al cual tuvo acceso el corresponsal, la emisora argumentĂ³ en su defensa que no habĂa producido el reportaje y, por tanto, no podĂa responder con detalle sobre cada afirmaciĂ³n precisa del mismo.
AlegĂ³ tambiĂ©n que “el objetivo del documental nada mĂ¡s es informar” y considerĂ³ que “el resultado (informativo) es suficientemente creĂble para que France TĂ©lĂ©vision lo difunda sin modificaciones, a pesar de las crĂticas”.
La televisora belga puntualiza que durante su investigaciĂ³n Mokiejewski no obtuvo respuestas precisas de la firma cuando la buscĂ³: “Rehusarse a dar entrevistas constituye siempre un riesgo y es muy fĂ¡cil quejarse despuĂ©s”, reclama la RTBF a Coca-Cola, en cuya demanda tambiĂ©n asegura que es mentira que la refresquera se haya negado a responder sus cuestionamientos y que en todo caso “ella no se dirigiĂ³ a los interlocutores que podĂan contestarle”.
En el documental la periodista menciona que durante dos meses solicitĂ³ entrevistas a dirigentes de la empresa, para lo cual enviĂ³ 21 correos electrĂ³nicos e hizo 12 llamadas telefĂ³nicas. En una de ellas se escucha a una persona de prensa de la compañĂa negarle definitivamente cualquier declaraciĂ³n.
En otra secuencia se ve a Mokiejewski ir a buscar a un domicilio particular en Estados Unidos al presidente y director ejecutivo de la firma, Muhtar Kent. Por el intercomunicador del portĂ³n de la casa, ella explica que lleva dos meses pidiendo una entrevista con Kent, pero la persona que la escucha le cuelga groseramente, por lo que sĂ³lo deja encima del aparato una hoja con su solicitud de entrevista.
ParaĂso refresquero
Otro fragmento rodado en México y que también integra la denuncia de Coca-Cola en Bélgica tiene que ver con el precio del refresco, que se menciona en el documental.
Ese episodio comienza cuando Mokiejewski expone: “Los mexicanos se han convertido en los mayores consumidores de Coca-Cola del mundo. Y en Chiapas se rompen los rĂ©cords: tres latas diarias por habitante”.
Mientras viajan en una camioneta por un camino local, Marcos Arana, mĂ©dico y experto en salud pĂºblica, comenta a la periodista que en esa regiĂ³n las madres dan de tomar Coca-Cola a sus hijos antes de los dos años de edad, con lo que deforman sus hĂ¡bitos alimenticios y los vuelven adictos al azĂºcar.
Arana invita a la periodista a contar las tienditas que venden Coca-Cola: se encontraron 166 en 42 kilĂ³metros que recorrieron.
Las imĂ¡genes de jovencitos indĂgenas reunidos afuera de una de esas tiendas se suceden. Mokiejewski dice: “Un paĂs pintado en rojo y blanco, el modelo econĂ³mico perfecto para Coca-Cola. Hasta en el pueblo mĂ¡s alejado de Chiapas la multinacional ha puesto en marcha una estrategia imbatible”.
La periodista se refiere al préstamo de refrigeradores exclusivos para los productos de ese fabricante de refrescos, lo cual le platica un tendero a quien entrevista.
Afuera de una tienda hay una especie de cartel, que dan las empresas con las fotografĂas de diferentes bebidas y sus respectivos precios. Se indica que un litro de Coca-Cola cuesta siete pesos; el de agua, ocho pesos. La botella de tres litros de Coca Cola se vende a 21 pesos. Arana comenta que tres litros de agua deben valer entonces 24 pesos. “El agua es mĂ¡s cara que la Coca-Cola; ese es el problema”, resume la periodista.
Enseguida, con una voz de fondo afirma: “Hoy los indĂgenas de Chiapas no pueden vivir sin Coca. A tal punto que la marca se ha logrado imponer en la religiĂ³n y reemplaza el pox, la bebida tradicional, en las ceremonias sagradas”.
La reportera asiste a un rezo familiar en que se pide por la salud de un niño que tiene fiebre. Describe asĂ la escena: “Para satisfacer a los dioses, no hay menos de siete botellas de Coca en ofrenda”.
El patriarca de la familia, un hombre de edad avanzada, afirma muy orgulloso que la bebida ya es parte de la “cultura” de la regiĂ³n, y explica que los eructos que causa ahuyentan a los malos espĂritus. Sus dichos son intercalados en el reportaje con imĂ¡genes de los miembros de la familia tomando Coca-Cola en pequeños vasos y con una actitud ritual, incluso cerrando los ojos.
El Ăºltimo comentario de Mokiejewski en la parte chiapaneca de su documental es aterrador: “En MĂ©xico, 70% de la poblaciĂ³n padece sobrepeso u obesidad. SegĂºn el Observatorio Mexicano de la Salud en 2020 lo padecerĂ¡ 100% de la poblaciĂ³n”.
Caso inédito
Proceso contactĂ³ a Mokiejewski, quien dijo no tener conocimiento de la queja de Coca-Cola en BĂ©lgica.
Por su parte, AndrĂ© Linard, secretario general del Consejo de DeontologĂa PeriodĂstica de BĂ©lgica, explica: “Nosotros no rehacemos la investigaciĂ³n de la periodista; lo que examinamos es cĂ³mo trabajĂ³: si todas las reglas Ă©ticas del ejercicio periodĂstico fueron respetadas. En este caso no vamos a ir a Chiapas para verificar”.
No obstante, durante los ochenta y noventa Linard viajĂ³ a Chiapas unas siete u ocho veces para hacer coberturas periodĂsticas. Estuvo en particular en San CristĂ³bal, por lo que, dice, “conocĂa el contexto de la demanda” de Coca-Cola.
Linard no comprende las razones por las cuales Coca-Cola pretendiĂ³ desacreditar el trabajo periodĂstico del reportaje francĂ©s en BĂ©lgica, pero subraya: “Desde hace seis años de existencia del consejo hemos tratado mĂ¡s de 300 expedientes y no recuerdo la queja de una empresa conocida internacionalmente con relaciĂ³n a una producciĂ³n de contenido periodĂstico difundido en BĂ©lgica”.
El fallo del CDPB tiene un carĂ¡cter moral entre el gremio periodĂstico; no deriva en sanciones materiales ni multas.
–Si la opiniĂ³n del consejo hubiera sido contraria a la RTBF, ¿quĂ© hubiera ocurrido? –se le pregunta.
–Una opiniĂ³n negativa significa que constatamos una falta deontolĂ³gica, y en ese momento el medio afectado estĂ¡ obligado a informar a su pĂºblico de nuestra decisiĂ³n a travĂ©s de una menciĂ³n en su sitio de internet. No hay censura: no vamos a prohibir la difusiĂ³n futura de un reportaje, pero la RTBF hubiera tenido que tomar en cuenta nuestra decisiĂ³n al plantearse una nueva difusiĂ³n del documental. El medio es responsable de tomar una decisiĂ³n al respecto. No tenemos derecho a prohibir la publicaciĂ³n de nada. La libertad de expresiĂ³n es un derecho fundamental.
La resoluciĂ³n del consejo refiere que en el caso de la informaciĂ³n que se maneja en el fragmento mexicano del documental, “la problemĂ¡tica que se aborda genera debates, tanto en lo referente a la cantidad de agua necesaria como a los efectos de la producciĂ³n chiapaneca sobre las poblaciones locales”.
Y remata: “El tono dominante es crĂtico, pero eso es legĂtimo por parte de los medios, ya que son contrapoderes. No porque un reportaje es crĂtico estĂ¡ tomando partido o es imparcial”.
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