Una mujer intentĂ³ acabar con su vida, tirĂ¡ndose de un puente hacia el canal del rĂo Sabinal, en el Centro de Tuxtla GutiĂ©rrez.
El lodo acumulado en el sitio donde cayĂ³ evitĂ³ que lograra su objetivo.
Fue internada en el Hospital Regional por paramĂ©dicos de ProtecciĂ³n civil Municipal que la rescataron.
La caĂda de mĂ¡s de cuatro metros de altura la dejĂ³ noqueada. Aunque antes ya la habĂa aturdido el alcohol ingerido.
AsĂ, con la razĂ³n nublada, creyĂ³ que la muerte era la Ăºnica salida a su agonĂa emocional. Y saltĂ³ al vacĂo. Es que sintiĂ³ que ya nada la llenaba. Su esposo la habĂa abandonado.
Su nombre es Victoria Pérez Ocampo, pero a lo largo de sus cortos 28 años de existencia, ha arrastrado una pesada cadena con numerosos eslabones de fracasos.
Derrotas escolares de joven, chascos laborales, y ahora un agudo dolor en el corazĂ³n por el abandono de su esposo.
Victoria creyĂ³ que no soportarĂa una derrota mĂ¡s. Y buscĂ³ el modo de silenciar el aterrador grito burlesco de la silenciosa agonĂa interna.
No podĂa creer que quien jurĂ³ amarla y respetarla, la haya hundido poco a poco en las arenas movedizas de sus promesas. Él mintiĂ³. No cumpliĂ³.
Y ella decidiĂ³ cumplir su cometido: Suicidarse.
BuscĂ³ el sitio mĂ¡s cercano. Un puente de cuatro metros de alto en la 1ª Oriente, entre la 5ª y 6ª Norte. Cinco si subĂa al barandal.
Antes, Victoria ingiriĂ³ alcohol, para tomar valor. La muerte, aunque deseada a veces, es terrible. En sus cinco sentidos tenĂa miedo.
Ya con los sentidos embotados, es que decidiĂ³ saltar. Los cuatro metros se hicieron como mil. La espera no terminaba. Victoria, con los ojos cerrados, esperĂ³ no ver mĂ¡s la luz de la Tierra.
CayĂ³. Y no fue sobre las piedras. Tampoco sobre el canal encomendado. Menos sobre la escasa agua del afluente. La caĂda fue sobre el fango acumulado en el lugar, que amortiguĂ³ el golpe.
Victoria sobreviviĂ³. Pero no vive mĂ¡s. Respirar es existir apenas. Vivir es plenitud.
AsĂ, respirando dolor y coraje, Victoria fue rescatada por bomberos y paramĂ©dicos de ProtecciĂ³n Civil Municipal. La subieron a la ambulancia. La internaron en el Hospital Regional Rafael Pascacio Gamboa.
Y allĂ, mientras los mĂ©dicos trataban de salvarle la vida, ella suplicaba a la muerte le tuviera piedad y se la llevara. Le dolĂa haber fallado, le dolĂa la caĂda, pero sobre todo le dolĂa el desengaño.
VĂa Cuarto Poder...
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