Ciudad de México.- Mario de diez años camina por Reforma, uniformado en domingo, pantalón gris y una camiseta blanca, de fondo varias personas formadas para una foto grupal, el se aleja de esos adultos, que al parecer no lo entienden.
El sol cae a plomo y el viento también corre pero no para alejar la melancolía, se nota su mirada triste, en sus manos una foto, pesquisa, de esas que se ha hecho común ver por todos lados, el escudo nacional, las iniciales de la PGR y la leyenda “Ayúdale a regresar a casa”, abajo el nombre de su hermana, Amairany Roblero de 21 años.
El pequeño habla mientras las palabras se hacen agua, por el llanto que no puede ocultar, dice que extraña a Amairany, con la que jugaba poco pero jugaba, a la pelota, futbol y le ayudaba a hacer la tarea.
“Estoy triste, extraño a mi hermanita, le gustaba hacer ejercicio y correr mucho, ella dejó su ropa y sus peluches en su cuarto, su ropa” me dice con profunda pena, mientras suspira le alcanzan una servilleta para limpiar sus lagrimas.
Amairny, tiene tez morena, ojos grandes café oscuro, cabello castaño café oscuro y permanece ausente desde el pasado 1 de agosto de 2012. Cuando se fue le dijo a su madre, doña Cecilia que no tardaría que iría a la escuela a terminar un tramite para inscribirse en el Tecnológico de Iztapalapa, a donde sus compañeros la vieron, pero no regreso a casa, que se ubica en la Colonia “El Paraiso”.
Su mamá empezó una búsqueda desesperada por las avenidas cercanas, en el Cetis, en los hospitales, en la delegación Iztapalapa, en las avenidas de Eje 6, Eje 5, Zaragoza buscándola porque “a lo mejor se quedo sin dinero para el pasaje”; le marcaron a su celular pero siempre contestó el buzón.
“Cuando inicié la denuncia las autoridades me dijeron que a lo mejor se fue con el novio o que igual y vendía drogas, que ya no la buscará, ellos hablan sin fundamentos y se siente una impotencia y una tristeza que no tengamos ese apoyo o esa ayuda” me relata doña Cecilia.
A ella le gusta mucho la marimba porque es de Chiapas, como su madre, quien me relata, que le gustaba un osito de Winnie Poo, lo trae por si acaso. mientras de fondo se escucha una sirena de una ambulancia y las consignas “¡Vivos, se los llevaron, Vivos los queremos!”.
“Amairany, si me escuchas hija, yo te quiero mucho, te quiero mucho y te extraño, la casa ya no es igual sin tí, tu cuarto está vació, tu lugar en la mesa, ahí te está esperando. Ojala me hables, yo te estoy esperando, te voy a apoyar, siempre, siempre, no tengas miedo, mientras Dios me preste vida te voy a apoyar siempre, siempre, si te veo, voy a abrazarte, a lo mejor no te lo dije lo suficiente pero te quiero…”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario