Una de las mayores complejidades que se han encontrado en los niños que rondan entre los 7 y 15 años de edad al interior de las instituciones públicas en la capital chiapaneca, es la adicción que existe a los dispositivos móviles y en otros casos al mal uso del televisor, lo que constituye un problema de carácter cognitivo, social y familiar, reveló Karen Gopar integrante del Colegio Oficial de Psicólogos del Estado de Chiapas.
Dijo que uno de los factores por lo que está situación se da en estas edades, es que los menores se encuentran en una etapa de exploración y absorben los elementos que encuentra a su alrededor, sin embargo, muchos confunden que los cambios que se van dando no producen problemas.
“Interrumpen en las horas de sueño, no descansen bien… están saturados visual y auditivamente y eso no les permite estar al máximo en su desempeño o habilidades académicas”, agregó.
Todavía la sociedad no está sensibilizada con este tema y tal vez no lo ven como un problema, sin embargo, la mayor complejidad se encuentra al interior de las instituciones donde se ha encontrado mayor demanda de niños que tienen adicciones a dispositivos móviles “los maestros, incluso dicen: ya no sabemos que hacer porque el niño está distraído… no descansa… no pone atención, siempre quiere estar con el celular en el aula”, lamentó.
La Psicoterapeuta infantil y de adolescentes señaló que en la mayoría de las veces se ha observado que los padres dan estos dispositivos móviles para evadir las responsabilidades que les tocan con los infantes y es un foco rojo que deberá resolverse para mejorar la convivencia familiar.
Asimismo, puntualizó que el tiempo de los tratamientos para los padres y menores que se ven envueltos en estas situaciones es variable, debido a la complejidad del asunto y el compromiso que se asuma con la terapia.
Las cargas excesivas de trabajo con los padres, problemas de ansiedad y algunas frustraciones son algunos de los factores que han facilitado que los niños y jóvenes caigan en esta situación, con la justificación de compensar el tiempo de convivencia con la compra de dispositivos móviles o cualquier otro distractor.
Cuando estos niños son canalizados, antes se evalúa la situación familiar que se guarda porque cada caso guarda particularidades diferentes, además de investigar por qué los niños están depositando su afecto hacia un objeto tecnológico y, a partir de ello, se genera el tratamiento más adecuado para ambas partes.
Señaló que en caso de que el problema no sea corregido en tiempo y forma, cuando el menor se encuentre en una etapa de desarrollo, se puede volver un joven poco tolerante a la frustración, presentará dificultad para convivir en un ambiente social, además de problemas de aprendizaje por la saturación de información inadecuada que existe.
Finalmente, recomendó a los padres tener comunicación cara a cara con los infantes en relación a las reglas y a los límites que se deben tener en cuanto al tiempo, forma y propósito de uso de los dispositivos móviles, además de cuidar los horarios y contenidos para el caso de la televisión.
Vía Es! Diario Popular...
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