Los nĂºmeros dicen que el partido del gobernador del estado, Manuel Velasco Coello ganĂ³. El Partido Verde Ecologista de MĂ©xico (PVEM) gobernarĂ¡ la mayorĂa de las alcaldĂas de Chiapas y junto con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) serĂ¡ mayorĂa en el Congreso del Estado.
A pesar de ello, el gobernador del estado debe de estar consciente a estas alturas –quĂ© lamentable serĂa si no es asĂ- que el costo polĂtico que tendrĂ¡ que pagar por su insistencia de llevarse el carro completo en Chiapas serĂ¡ la legitimaciĂ³n de su gobierno y hasta la propia gobernabilidad de la entidad.
En varios municipios de la entidad se han desatado conflictos poselectorales, que el gobierno no puede controlar. Ahora, en algunos municipios, le salen en contra hasta los candidatos de los propios partidos satĂ©lites –Mover a Chiapas y Chiapas Unido- que creĂ³.
A esto hay que sumarle la inconformidad de la ciudadanĂa por la elecciĂ³n de Estado y lo criticable que estĂ¡ siendo esto a nivel nacional.
A pesar de que el PVEM ganĂ³ en la mayorĂa de los municipios, la votaciĂ³n de este 19 de Julio no se compara con la abrumadora votaciĂ³n con la que llegĂ³ Manuel Velasco Coello en el 2012. Sea como sea que se hayan obtenido esos votos.
La ciudadanĂa de Chiapas estĂ¡ molesta con el gobierno de Manuel Velasco Coello, pero tampoco ve opciones en los otros partidos polĂticos. La muestra de ello fue que a pesar de ser elecciones locales el abstencionismo llegĂ³ a poco mĂ¡s del 50 por ciento.
Ni las despensas, el acarreo, la coacciĂ³n del voto mediante los programas sociales logrĂ³ que la ciudadanĂa saliera a votar; pero tampoco el hartazgo, las otras propuestas polĂticas y la indignaciĂ³n hizo que la ciudadanĂa sufragara. Al final de la jornada quien resultĂ³ ganando con esto fue el PVEM.
El votar es un derecho y la ciudadanĂa puede decidir no ejercerlo si no ve opciones y al parecer mĂ¡s de la mitad del padrĂ³n electoral no las vio. En vano tantos partidos, para que ni uno lograrĂ¡ convencer a la ciudadanĂa.
DespuĂ©s del 19 de Julio se percibe un ambiente, en parte de la ciudadanĂa,de decepciĂ³n y hartazgo no sĂ³lo al gobierno de Manuel Velasco, sino con toda la clase polĂtica.
Las ciudadanas y los ciudadanos debemos de canalizar esa decepciĂ³n y hartazgo en participaciĂ³n, organizaciĂ³n y acciones. Que la desesperanza no sea el resultado. Que esa indignaciĂ³n no se convierta en inmovilizaciĂ³n, sino todo lo contrario.
La ciudadanĂa no sĂ³lo se ejerce el dĂa de la jornada electoral, debe de ser un derecho que todos y todas hagamos valer todos los dĂas del año.
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