
El alcalde hablĂ³ con la prensa ayer en el palacio de gobierno estatal, adonde acudiĂ³ para pedir apoyo econĂ³mico urgente, junto con los otros ediles de la regiĂ³n del rĂo Sonora, sin que obtuvieran respuesta positiva.
El 5 de agosto de 2014 la empresa Buenavista del Cobre, de Grupo MĂ©xico, con sede en Cananea, contaminĂ³ los rĂos Bacanuchi y Sonora con 40 millones de litros de lixiviados de cobre acidulado que corrieron a travĂ©s de siete municipios hasta llegar a la presa El Molinito, en el oriente de Hermosillo. Las alcaldĂas afectadas son Arizpe, BanĂ¡michi, HuĂ©pac, Ures, BaviĂ¡cora, San Felipe y Aconchi.
A finales de 2014 Buenavista del Cobre y las autoridades federales asumieron compromisos que no han cumplido, entre ellos el pago de compensaciones a ganaderos, agricultores, comerciantes y jornaleros agrĂcolas, asĂ como invertir en infraestructura hidrĂ¡ulica para garantizar agua de calidad a los mĂ¡s de 25 mil habitantes de la regiĂ³n.
Para ello se creĂ³ el Fideicomiso RĂo Sonora, con 2 mil millones de pesos, de los cuales, segĂºn el edil, no se ha ejercido correctamente ni la mitad.
SegĂºn las autoridades federales ya se han hecho mĂ¡s de 10 mil pagos de compensaciones a habitantes de la regiĂ³n por daños a la salud, a la producciĂ³n agrĂcola y ganadera y al comercio, pero Lugo LĂ³pez señala que no todos los afectados han sido atendidos y hay decenas de casos en que los recursos llegaron a personas que ni siquiera viven en la regiĂ³n, pero tienen influencias polĂticas.
No se remediĂ³ el rĂo mediante la extracciĂ³n de desechos tĂ³xicos del lecho, y para colmo tampoco se cumpliĂ³ la promesa de no cortar la luz a los habitantes que pasaran por penurias econĂ³micas: la ComisiĂ³n Federal de Electricidad ya avisĂ³ a los ediles que cortarĂ¡ la energĂa en decenas de pozos de los siete municipios, por falta de pago, como ya lo ha hecho en decenas de hogares.
Los costos de operaciĂ³n del sistema de agua potable se elevaron mucho a raĂz de la contingencia, porque se tuvieron que perforar pozos alejados del rĂo (lo que implicĂ³ un aumento en el gasto de energĂa elĂ©ctrica que se factura al municipio). AdemĂ¡s, fue necesario contratar pipas que llevan agua a varias comunidades. Todo eso lo pagĂ¡bamos con participaciones federales que llegan a travĂ©s del gobierno estatal, pero desde hace meses nos quitan hasta 50 por ciento de ese dinero, dijo Lugo LĂ³pez.
Autoridades y empresa tampoco han construido una clĂnica de especialidades para los afectados por la contaminaciĂ³n con metales pesados (mĂ¡s de 230, segĂºn las autoridades; cerca de 500, segĂºn los alcaldes).
Lo mĂ¡s preocupante, considerĂ³, es que no se instalĂ³ una sola planta tratadora de agua para separar metales pesados.
Ahora, dijo, la situaciĂ³n es peor que al inicio de la contingencia, en agosto del año pasado, pues los ayuntamientos fueron abandonados a su suerte, la poblaciĂ³n ha visto mermado su poder adquisitivo por el daño que el derrame causĂ³, y el riesgo de un estallido social es aĂºn mayor.
Sostuvo que cuando se corte la energĂa elĂ©ctrica en los pozos y la gente se quede sin agua serĂ¡n inevitables las protestas, los cierres de carreteras y la toma de oficinas pĂºblicas por pobladores que van a estar enardecidos por un año de mentiras y muy pocas acciones.
AdemĂ¡s, mientras organizaciones no gubernamentales señalan que hay pruebas de que habitantes de la regiĂ³n tienen altas concentraciones de metales pesados en la sangre y no reciben atenciĂ³n mĂ©dica adecuada, el gobierno federal sostiene que no hay evidencias cientĂficas de ello, pero estĂ¡ abierto a recibirlas y analizarlas.
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