El amor es ese sentimiento bonito que nos hace creer que todo es hermoso, que mejoramos como personas para nuestra pareja, los pajaritos cantan todo el día, sonríes cuando recibes un whatsapp de esa persona o te dedica su estado de Facebook, besarse bajo la lluvia es lo más romántico del mundo y crees que tu vida de ahora en adelante será perfecta… hasta que te rompen el corazón y sientes que ya no vales nada.
Seguramente todos han pasado por esta situación, ya sea porque los hayan mandado a la goma o ustedes hayan decidido terminar una relación, el sentimiento que tenemos es inexplicable, hasta ahora que la ciencia nos aclara qué es lo que pasa con nuestro cerebro en estas situaciones.
Cuando pasas por una ruptura los diferentes sistemas neuronales de nuestro cerebro entran en conflicto, no importa si duraste 6 meses o cuatro años, el problema radica que tu cerebro regresa a la etapa inicial de la relación, donde pareces obsesionado con la otra persona y no te le quieres despegar nunca.
Por eso al momento de cortar, todo te recuerda a tu ex, una foto, lugares, pasar por su motel favorito, olores, sus tacos de perro favorito, sus rincones para echar pasión, pensamientos aleatorios, todo esto desencadena actividad en dos zonas específicas del cerebro: el núcleo caudado y el área tegmental ventral, las cuales liberan grandes flujos de dopamina, que activa circuitos del cerebro que crean un deseo u obsesión por más y más. Es ahí cuando llega el sentimiento de “lo/la extraño no puedo vivir sin él/ella”.
Aunque durante la relación el sentimiento de obsesión baja (en algunos casos), cuando terminas con tu pareja, estos regresan casi inmediatamente, pues esa parte del cerebro espera su dosis de romance y no le está llegando .Según la neurocientifica Lucy Brown, esta motivación es más extrema porque el romance es una forma de rechazo ligada a la parte más primitiva del cerebro:
Otras clases de rechazo social son mucho más cognitivas, mientras que el rechazo romántico es algo que puede cambiarte la vida, y se relaciona con sistemas que están al mismo nivel que el sentirse hambriento o sediento.
Es por esto que comenzamos a hacer cosas estúpidas, como enviar mensajes de texto en la borrachera.
El dolor físico que sienten también se ha explicado a través de resonancias magnéticas, las cuales han arrojado que las partes del cerebro que recogen las sensaciones de dolor y estrés, se iluminan cuando pasas por una situación así. Por lo que están en todo su derecho de decir “me duele el corazón”, aunque sus amigos les digan que no sean cursis.
Las hormonas del estrés atacan directamente al corazón, el sistema digestivo y el inmunológico, tanto así que existe la cardiomiopatia Takosubo o mejor conocida como “síndrome de corazón roto”; aunque son casos muy raros.
Bueno y ¿qué pueden hacer cuando pasen por una situación de estas? Brown explica que desde el momento en que te dejan, tu cerebro está tratando de controlar tus emociones y hormonas, tratando de poner todos los sistemas en orden. Lo mejor que se puedes hacer es evitar los pensamientos hacia esa relación y enfocarte en otras cosas, como mejorar tu conducta o hábitos, cosas que poco a poco vayan re-construyendo tu vida, el dolor eventualmente se irá.
Aunque claro, siempre que se vale ponerse una buena borrachera e ir al karaoke a cantar todas las de José José, La Arolladora y Amanda Miguel.
Vía Sopitas...
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