El costo de las elecciones - EL IMPARCIAL DE CHIAPAS

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martes, 28 de julio de 2015

El costo de las elecciones

Es difĂ­cil saber si las elecciones mexicanas son las mĂ¡s caras del mundo, pero no hay duda de que figuran entre las mĂ¡s costosas.

Considerando los presupuestos de las instituciones electorales -institutos, tribunales y fiscalĂ­as en el plano federal y estatal-, el costo de los comicios de 2015 asciende a 35 mil millones de pesos en nĂºmeros redondos.

Esa cantidad se integra con los presupuestos del Instituto Nacional Electoral (INE), del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la FederaciĂ³n (TEPJF), de la FiscalĂ­a Especializada para la AtenciĂ³n de Delitos Electorales de la PGR (Fepade), y el total de los institutos y tribunales electorales de los estados.

Si a esa cifra se le agregara un cĂ¡lculo moderado del valor comercial de la propaganda partidaria en radio y televisiĂ³n, que no les cuesta a los partidos, el costo se elevarĂ­a a 56 mil 622 millones de pesos, una estratosfĂ©rica suma equivalente al presupuesto de todo el Poder Judicial de la FederaciĂ³n (56 mil 269 millones de pesos. Ese cĂ¡lculo del costo de spots de los partidos en radio y televisiĂ³n fue, en 2012, de 21 mil 622 millones de pesos, segĂºn MĂ©xico EvalĂºa.

¿Es mucho, es poco o es razonable el costo presupuestal (sin incluir spots) de 35 mil millones de pesos para el proceso comicial 2014-2015?

Juzgue el lector: esa cantidad equivale al doble del presupuesto de la PGR (17 mil 254.4 millones) y supera los presupuestos del Congreso de la UniĂ³n (13 mil 648.3 millones), de la SecretarĂ­a de Marina (27 mil 24.5 millones) y de la de EconomĂ­a (21 mil 908 millones). TambiĂ©n es mayor al conjunto de 12 programas de desarrollo social (29 mil 120.6 millones de pesos), entre ellos el de abasto social y rural de leche, el de apoyo alimentario, el de estancias infantiles y el de pensiĂ³n para adultos mayores.

MĂ¡s referentes: los 35 mil millones de pesos destinados a los comicios de 2015 superan los presupuestos para la prestaciĂ³n de servicios de educaciĂ³n bĂ¡sica y normal en el Distrito Federal (33 mil 131 millones de pesos), y es 10 veces mayor al Programa Nacional de Becas de EducaciĂ³n BĂ¡sica (3 mil 82.7 millones) y al del Seguro Popular (3 mil 689.4 millones).


Disparidad en los estados

El presupuesto total de los institutos y tribunales electorales de los estados (incluidos partidos) asciende a 12 mil 683 millones de pesos y los montos presentan disparidades evidentes, debido esencialmente a las diferencias de poblaciĂ³n. El ejemplo mĂ¡s claro se da entre el presupuesto menor y el mayor: Nayarit (con un millĂ³n 84 mil habitantes) ejerciĂ³ 25.8 millones de pesos y el Estado de MĂ©xico (con 15 millones 175 mil habitantes) destinĂ³ 2 mil 306.1 millones. Es decir, el presupuesto mexiquense es casi 100 veces mayor que el nayarita.

Otros presupuestos altos son: Distrito Federal, mil 818.7 millones de pesos; Nuevo LeĂ³n, 830.7 millones y Jalisco, 788.3 millones. Entre los mĂ¡s bajos destacan, ademĂ¡s de Nayarit, los de Tlaxcala, 44.7 millones de pesos, y Aguascalientes, 73.7 millones.

Estos datos fueron obtenidos, con el apoyo del periodista Arturo Ilizaliturri SĂ¡nchez, de los portales de internet de las instituciones respectivas. En algunos estados no se pudo contabilizar el gasto preciso de sus tribunales electorales, debido a que estĂ¡n inmersos en el presupuesto de los respectivos poderes judiciales.

Tanto el presupuesto del INE como los estatales y el capitalino que se han mencionado incluyen el financiamiento pĂºblico a los partidos polĂ­ticos: 5 mil 355.5 millones de pesos del INE y 4 mil 168.8 millones de los estados en conjunto. Una de las consecuencias de la reforma electoral de 2014, que uniformĂ³ con el federal las bases estatales para calcularlo, es que en 2015 el financiamiento partidario se incrementĂ³ notablemente en la mayorĂ­a de las entidades federativas.

Anteriormente el dinero del erario destinado a los partidos se calculaba de forma diferente en cada estado, pero ahora se hace con los mismos criterios federales: 65% del salario mĂ­nimo diario multiplicado por el nĂºmero de ciudadanos inscritos en el padrĂ³n electoral, en los tĂ©rminos del artĂ­culo 51 de la Ley General de Partidos PolĂ­ticos.

Si bien esa disposiciĂ³n parece referirse sĂ³lo a los partidos polĂ­ticos locales, hay consenso en que la interpretaciĂ³n adecuada homologa los criterios de cĂ¡lculo para el financiamiento local y federal, porque, de otra suerte, la dirigencia estatal de un partido con registro nacional podrĂ­a recibir una cantidad distinta a un partido con registro local, lo cual se apartarĂ­a de la equidad.


Cifras grises y negras

Las cifras presupuestales mencionadas corresponden a los costos que podrĂ­an llamarse oficiales de las elecciones, pero hay otros que estĂ¡n en una zona gris de indefiniciĂ³n y otros mĂ¡s que mĂ¡s bien se sitĂºan en un Ă¡rea negra por su ilegalidad.

Las cifras grises corresponden a los costos de la propaganda partidaria en radio y televisiĂ³n, que no tienen una cuantificaciĂ³n oficial, pero que constituyen un rubro de suma importancia para la propaganda de los partidos polĂ­ticos.

Un acercamiento a tales costos lo hizo MĂ©xico EvalĂºa en su estudio El costo de las elecciones presidenciales de 2012 y llegĂ³ a la conclusiĂ³n de que los spots de partidos difundidos en esos comicios se pueden cuantificar en 21 mil 622 millones de pesos; aunque estos no son pagados en efectivo a los medios electrĂ³nicos, que se han opuesto desde siempre a esa situaciĂ³n derivada de la reforma comicial de 2007. En ese año, se les prohibiĂ³ a los partidos la adquisiciĂ³n de tiempos en radio y televisiĂ³n, cuya compra consumĂ­a anteriormente la mayor parte de su financiamiento para campañas.

Si los 21 mil 622 millones que calcula MĂ©xico EvalĂºa se agregan al costo presupuestal, tendrĂ­amos -como se apuntĂ³ antes- un total de 56 mil 622 millones de pesos. Por supuesto, el cĂ¡lculo es de 2012, pero aun asĂ­ puede dar idea del costo de los spots partidarios.

Otros cĂ¡lculos dejan muy por debajo la estimaciĂ³n mencionada para los spots de radio y televisiĂ³n. El estudio Fortalezas y debilidades del sistema electoral mexicano (2000-2012), del Centro de Estudios Espinosa Yglesias e Integralia, indica que probablemente “durante el proceso electoral 2011-2012 los partidos habrĂ­an tenido que pagar entre 132 mil 718 y 176 mil 958 millones de pesos por los spots transmitidos en campañas y precampañas”, ya considerados los descuentos que las televisoras hacĂ­an a los partidos.

Lo que resulta evidente es, como señala MĂ©xico EvalĂºa, que “el financiamiento pĂºblico para radio y televisiĂ³n es el rubro que mĂ¡s contribuyĂ³ al costo electoral en 2012, ¡y no se contabiliza de forma alguna!”.

Las cifras negras estĂ¡n constituidas por el gasto oculto que realizan los partidos polĂ­ticos en sus campañas, pero no los reportan porque tienen un origen y un destino ilegales. El origen de esos dineros estĂ¡ en aportaciones fuertes de empresas (contratistas, constructores y otros), gobiernos federal y estatales e incluso de la delincuencia organizada. El destino es la propaganda excesiva que los frĂ¡giles controles de las autoridades comiciales no alcanzan a detectar y, lo peor, la compra directa o indirecta de votos mediante dĂ¡divas en efectivo y en especie. Y a eso habrĂ­a que sumar la propaganda encubierta que, violando la ConstituciĂ³n y las leyes, contratan algunos partidos, por debajo de la mesa, con medios de comunicaciĂ³n sobre todo electrĂ³nicos.

EscribiĂ³ Luis Carlos Ugalde en Nexos (1 de febrero de 15): “Se estima que por cada peso de financiamiento pĂºblico que se gasta en una campaña, hay tres pesos que no se ven ni se reportan. Se trata de un sistema de simulaciĂ³n que asemeja a un iceberg: sĂ³lo se ve la punta pero la mayor parte de lo que se gasta ocurre debajo de la mesa mediante sistemas de una economĂ­a de trueque: dinero en bolsas de papel, pagos en efectivo, triangulaciones que no pasan por el sistema bancario”.

Es posible que la estimaciĂ³n de Ugalde, ex presidente del IFE, se quede corta, pero aĂºn asĂ­ resulta escandalosa.


$887 por cada votante

El 7 de junio de 2015 sufragaron 39 millones 872 mil 246 ciudadanos, aproximadamente el 47.71% de la Lista Nominal de Electores. En consecuencia, el costo por votante, considerando sĂ³lo las cifras presupuestarias de las autoridades comiciales, serĂ­a de 877.80 pesos (54.86 dĂ³lares con el tipo de cambio de 16 pesos por dĂ³lar). Si a las cifras presupuestales de los comicios de 2015 se les añade el estimado por los spots, el costo por votante aumentarĂ­a a mil 420 pesos (88.75 dĂ³lares).

¿CĂ³mo estamos en costos electorales respecto de otros paĂ­ses? Es difĂ­cil hacer un cotejo preciso por la heterogeneidad de los sistemas electorales y por la escasez de informaciĂ³n sobre el gasto real de las campañas.

Sin embargo, es posible intentar una aproximaciĂ³n comparativa, aunque con disparidades evidentes.

El mencionado estudio del CEEY e Integralia, dirigido por Enrique CĂ¡rdenas y Luis Carlos Ugalde, dice al respecto lo siguiente:


“De acuerdo con un anĂ¡lisis elaborado por la FundaciĂ³n Internacional para Sistemas Electorales (IFES por sus siglas en inglĂ©s) sobre el costo de las elecciones en 14 paĂ­ses de AmĂ©rica Latina con regĂ­menes de financiamiento pĂºblico y privado, el promedio del financiamiento pĂºblico en MĂ©xico fue 18 veces superior al de los paĂ­ses de AmĂ©rica Latina en el periodo 2001-2004”. Los costos por voto van de 27 y 29 centavos de dĂ³lar en Guatemala y Brasil, respectivamente, a los 17.24 dĂ³lares de MĂ©xico, que resulta el mĂ¡s alto en LatinoamĂ©rica.

Otro estudio, que no se limita a LatinoamĂ©rica y fue tambiĂ©n realizado por IFES (CNN, 23 de abril de 2009), enlista los paĂ­ses con mayor costo por voto: Rusia (7.5 dĂ³lares), Lesotho (6.9 dĂ³lares), Liberia (6.1 dĂ³lares) y MĂ©xico (5.9 dĂ³lares).

Evidentemente, esas cifras son mucho mĂ¡s bajas que los 54.86 dĂ³lares que MĂ©xico gastĂ³ en el proceso electoral 2014-2015. Conviene precisar que estos cĂ¡lculos del gasto mexicano se refieren a costos por votante mĂ¡s que por voto, ya que un votante nacional en 2015 depositĂ³ en las urnas sufragios por diputados federales, mĂ¡s los cargos locales en juego, segĂºn la entidad federativa de que se tratara.Por supuesto, si sĂ³lo se consideraran los presupuestos directamente relacionados con la organizaciĂ³n de los comicios y el financiamiento pĂºblico a campañas, las cifras serĂ­an menores, pero seguirĂ­an siendo elevadas. Ahora bien, si los presupuestos totales de los organismos comiciales tienen como justificaciĂ³n las elecciones, parece mĂ¡s correcto considerarlos integralmente para efectos de determinar el costo por votante.

Comoquiera, resulta evidente que las elecciones son, en MĂ©xico, grandes devoradoras de recursos pĂºblicos.

El autor es analista polĂ­tico y editorialista de Grupo Reforma.

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