MÉXICO, D.F..- La masculinidad que proyectaron Pedro Infante, Jorge Negrete, Pedro ArmendĂ¡riz, Arturo de CĂ³rdova y Ernesto Alonso a travĂ©s de la pantalla cinematogrĂ¡fica fue el tema central del investigador Daniel GonzĂ¡lez, durante su participaciĂ³n en el ciclo de conferencias “Miradas al cine mexicano”.
En la Sala 4 “Arcady Boytler” de la Cineteca Nacional –organizadora del ciclo en colaboraciĂ³n con la Academia Mexicana de la Historia–, el especialista expuso ayer su investigaciĂ³n sobre las formas como concibieron la masculinidad los filmes de la llamada “Época de Oro” del cine nacional, misma que “delimitĂ³ la influencia ejercida por los actores y por el star system”.
SegĂºn un comunicado del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Coanculta), en su ponencia titulada “Masculinidades del cine mexicano”, GonzĂ¡les definiĂ³ el concepto de la siguiente manera:
“Al hablar de masculinidad no hablamos de una cosa en sĂ misma independiente de los sujetos. Es decir, en la masculinidad representada en nuestro cine influĂan desde el cuerpo hasta la voz de los actores, el contexto de la producciĂ³n de los filmes y, claro, la visiĂ³n y el estilo de cada director.”
El autor justificĂ³ la elecciĂ³n de Infante, Negrete y ArmendĂ¡riz por su importancia en la cultura popular, y la de Alonso y De CĂ³rdova porque permiten pensar en la masculinidad desde otro punto de vista. Con aportaciones de otros investigadores como Sergio de la Mora, Enrique Serna y Carlos MonsivĂ¡is y a partir de dos pelĂculas de cada actor, Daniel GonzĂ¡lez comentĂ³ que la caracterizaciĂ³n de Pedro Infante en la pantalla no estaba libre de su propia personalidad. QuizĂ¡ por ello, dijo, fue el actor “mĂ¡s querido por el pĂºblico mexicano” y el que conserva aĂºn un gran arraigo en la cultura popular.
En su estudio, el especialista analizĂ³ las pelĂculas El inocente, de Rogelio A. GonzĂ¡lez (1955), y Pepe El Toro, de Ismael RodrĂguez (1952):
“Gracias en buena parte a su propia personalidad, Infante inmortalizĂ³ a un macho mexicano de contrastes: era seductor pero no promiscuo, bebedor pero sĂ³lo cuando la ocasiĂ³n lo ameritaba, parrandero pero responsable”, dijo.
Para reflexionar sobre Jorge Negrete, el autor tomĂ³ El peĂ±Ă³n de las Ă¡nimas, dirigida por Miguel ZacarĂas (1943) y El ahijado de la muerte, de Norman Foster (1943). Sobre ellas, comentĂ³:
“Representa la quintaesencia del charro mexicano. Era el gran cantante cuya masculinidad estaba ligada al tipo de pelĂculas que protagonizĂ³: comedias rancheras y pelĂculas de Ă©poca. InterpretĂ³, tanto fuera como dentro de la pantalla, al hombre guapo, arrogante, enamorado y valentĂ³n”.
En cambio, agregĂ³, Pedro ArmendĂ¡riz fue “mĂ¡s complejo” y diverso, pues interpretĂ³ desde melodramas campiranos, hasta cine policiaco y cintas sobre la RevoluciĂ³n Mexicana, como se muestra en los filmes Enamorada, de Emilio FernĂ¡ndez (1946) y La noche avanza, de Roberto GavaldĂ³n (1951).
Las masculinidades representadas por Arturo de CĂ³rdova y Ernesto Alonso fueron opuestas a las anteriores, segĂºn el especialista:
“Ambos representaron a burgueses cosmopolitas ligados con una cierta nostalgia a un mundo anterior a la RevoluciĂ³n, pero con actitudes y prĂ¡cticas modernas de los 50. Sin embargo la masculinidad de Ernesto Alonso era muy particular, con una voz mĂ¡s suave y delicada, lo que le ha ganado el tĂtulo de actor queer”, asegurĂ³.
Al final de la presentaciĂ³n se proyectĂ³ la pelĂcula Él (1952), del director español Luis Buñuel, que es “el retrato de la descomposiciĂ³n emocional de un hombre paranoico y los desastrosos efectos que sus celos provocan en las personas que lo rodean”. El protagonista es, justamente, Arturo de CĂ³rdova.
El ciclo “Miradas al cine mexicano” continuarĂ¡ el prĂ³ximo 29 de julio a las 18:00 horas, con el tema “El cine fantĂ¡stico mexicano”. TendrĂ¡ la intervenciĂ³n de Carmen Elisa GĂ³mez y la proyecciĂ³n de El vampiro (1957) de Fernando MĂ©ndez. La entrada es libre.
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