ParĂs.-Yasin Salhi, conductor de transportes de carga, quien el viernes decapitĂ³ a su jefe en las inmediaciones de la segunda ciudad de Francia, admitiĂ³ haber cometido el crimen y provocar una explosiĂ³n en una fĂ¡brica de productos quĂmicos, pero los investigadores judiciales no han encontrado evidencias de que su actuaciĂ³n haya estado motivada por razones religioso-polĂticas, sino por un trastorno mental.
DespuĂ©s de guardar silencio durante dĂa y medio, Salhi, de 35 años, revelĂ³ haber cercenado en un estacionamiento la cabeza de Herve Cornara, gerente de la empresa transportadora, una hora antes de intentar inmolarse al provocar una segunda explosiĂ³n en la fĂ¡brica estadunidense Air Products, de Saint-Quentin-Fallavier, en la periferia de Lyon, informaron fuentes cercanas a la investigaciĂ³n.
Salhi, quien tras asesinar a su jefe estrellĂ³ su automĂ³vil contra las instalaciones de la empresa e hizo estallar unos tanques de gas sin provocar vĂctimas, fue detenido en la fĂ¡brica el viernes, justo cuando se preparaba para hacer explotar un tanque de acetona en la planta industrial. De ahĂ fue trasladado a una prisiĂ³n preventiva en Lyon, donde fue sometido a interrogatorios, aunque Ă©l no comenzĂ³ a hablar hasta el sĂ¡bado por la noche.
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Uniformados trasladan al sospechoso de asesinar al gerente de una empresa en Saint-Priest, cerca de LyonFoto Reuters
Los investigadores descubrieron que dĂas antes del asesinato Salhi, francĂ©s de origen argelino, tuvo una discusiĂ³n con Cornara por haber dejado caer unas tarimas. TambiĂ©n encontraron que el trabajador, musulmĂ¡n salafista que cree en las interpretaciones estrictas del CorĂ¡n, tenĂa problemas con su esposa.
La mujer de Salhi, con quien tiene tres hijos, y su hermana estuvieron detenidas desde el viernes, pero fueron puestas en libertad este domingo, despuĂ©s de descartar algĂºn vĂnculo con los hechos.
Ayer por la tarde, los investigadores judiciales llevaron a Salhi a su casa, en la localidad de Saint-Priest, para recuperar su pasaporte, pero no hubo explicaciones oficiales sobre la acciĂ³n. MĂ¡s tarde fue entregado en ParĂs a agentes especializados en operaciones antiterroristas.
Los agentes tratan de encontrar evidencias de que Salhi pudiese tener nexos con la organizaciĂ³n polĂtico religiosa Estado IslĂ¡mico (EI), que el 30 de junio de 2014 proclamĂ³ un califato en el norte de Siria e Irak.
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